Goodbye Santiago

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He de confesarlo, es buena nueva, o por lo menos debo ponerle ese color/ dejo este país que no tiene alma, ni espíritu, ni compasión, ni reflexión, ni cuerpo, ni esqueleto, ni pasión, ni opinión/ una país donde ser diferente es firmar un decreto de expulsión/ por eso lo dejo, porque no tiene ni afán por mejorar, ni canciones para disculparse, ni maquillaje para disimular la agresión/ este país que es adolescente y prefiere comer los alimentos trasnochados/ lo dejo, y duele, pero la frustración por no encontrar frescura en el aire, ni calidez en lo abrazos, ni humildad ante los ancestros, es mas fuerte y precipita la caída en el vacío y convierte toda esta despedida en un estúpido lamento, que a nadie a este país le importa/ por eso no les interesa, seré un ciudadano menos que compre un durazno menos para que otro se coma dos, al fin y al cabo solo comerá medio y tirará a la basura el resto/ así que me canse de esperar unos brazos abiertos, en ultimas me voy porque en este país la gente carece también de brazos, de manos, de bocas, de poemas, de lunes por la tarde, de silencios, de gritos, de terceros, de cuartos, de quintos, de músicas para los latinos, de cerebro para saber entender como me siento/ por eso sigo prefiriendo el vino y ojalá sea Chileno/