.abril.

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Lenta cámara dispara un posible pasado que se cuenta hasta diez y hace de este cuerpo una torpe vuelta sumida en un trago de jazz/ la fotografía es un amuleto que telefonea a media noche y hace sentir que es abril cuando estamos adelantados tres junios/ siempre la música baja las escaleras, nada por el tracto sanguíneo de la salud y la enfermedad, es ciega, sus pestañas se confunden con el instante previo en que la realidad deja de serlo para convertirse en mí, en este pedazo de carne que camina y ora, que piensa que el italiano sabe a albahaca y el español a tierra/ lenta cámara y rápida madrugada/ se cuenta uno, dos, tres, cero, catorce, se devuelve y vuelve, tiempo que se gasta entre una llamada que no se contesta y la instalación de Buda en una de las tantas iglesias católicas de esta atestada ciudad que sabe a té de rosas endulzado con pálpitos violentos/ las perlas vienen después, llegan hasta que diciembre de paso a abril y abril decida que este año es año bisiesto porque el exceso de locura no requiere de vacuna, no necesita ser un problema de presupuesto y de billetes que no son validos para comprar los ceniceros y las basuras/ no es necesidad buscar un lugar donde este cuerpo descanse y se recicle, no alcanza el status quo de cereza en el aguardiente, ni de espuela en pelea de gallos/ no, no alcanza a ser camino trazado de mentiras, ni proxeneta de paletas para niños/ la pregunta nace “who you gonna call?” y la primera vuelta de un barrilete alecciona a los pobres enamorados de las gotas de lluvia sobre la cara, si, “abril lluvias mil” pero todo este asfalto sigue seco/ “innamorato” repite una y otra vez la lagrima que quiere ser tres y se devuelve/ una bicicleta sirve para girar y girar sobre el camino tonto en el que el ocio se convierte en marioneta/ abril si fueras calendario te esposaría pero solo sos una borracha silueta/